miércoles, 28 de marzo de 2012

Sueños Textiles

¿De dónde vienen los nudos de las corbatas?

Cuevas, David.

David, grande pintor venezolano.

Como crítico de arte soy un corrector de ideas ajenas y sólo me presento ante una sola obra de arte creada por personalidades singulares como lo es Cuevas, David.

La característica espiritual de su obra de arte y la determinación del sentimiento que ella alimenta, una religiosa contemplación y una sutil audiencia.

Todavía no se han liberado de la idea del que el arte plástico quiere sobre todo r-e-p-r-e-s-e-n-
t-a-r-. Al disiparse esta ilusión se advierte en Cuevas, David, que desarrolla un paisaje, no como se le ve, sino como él quiere verlo, se aproxima a Braque, que pinta una naturaleza muerta como él quería pintarla. Una mujer desnuda de Dégas era un desnudo, no una mujer, es decir, es un cuadro, abriendo la puerta de par en par en la historia universal del arte, en Cuevas, David no existe el coloniaje estético Europeo.

El se presenta con amarres de nudos originales de corbatas que hacen un declaratorio florido, alimentando a la forma veraz a que se niegue a hipotecar su autonomía artística.
Sus formas adquieren un valor nuevo y generan sistemas absolutamente inéditos, desde el momento en que acuden al campo del arte en una materia plástica propia.

Su misma naturaleza las crea, e imprime a los objetos y a las fuerzas que los mueven, figuras y simetrías hasta tal extremo que muchas veces se ha querido ver en ellas  “La gracia que las abraza”, escondida, que inventa sutilmente las combinaciones desarrollando un sistema inédito que crea la poesía en el arte, conservando su calidad singular; su forma se expresa desde ese momento, desarrollando su signo como tal y lo dirige hacia una vida nueva.

El signo en su labor artística es lo que le permite desarrollar la idea de su plasticidad y toda su compleja semántica constituyendo un orden armónico y ese orden está animado por el movimiento. Dentro de ese orden están sujetas al principio de la metamorfosis; que las renueva continuamente, y al principio del estilo que, a través de una progresión desigual tiende aprobar, a fijar y a escoger sus relaciones de sus colores pensantes que dialogan entre sí.

En sus bastidores, Cuevas sostiene invariablemente su organización aparentemente elemental, pero su rica y variada armonía se amplia y vuelve irradiante a medida que se avanza en conjunto. Un nudo mayor se amarra a otro menor y viceversa (a veces funcionan tres nudos), gracias a su calidez de colores comunicantes, con sus bordes indefinidos, desmenuzando y confundido con el color de fondo, la composición adquiere una calidad de floración y también de subentendidos cromáticos.

Una Circulación pausada, más espiritual que sanguínea, anima cuadro y sus interminables posibilidades. La condición de partitura única con variaciones da a su obra ese peculiar peso musical y le permite alcanzar las emociones humanas básicas tras las cuales corre: pero además paralelamente potencia al público para sentirlas.

La suya es una obra accesible que toca a todos los públicos, cualquiera que sea su nivel de información: no existe referencias, no opera en clave, no pide decodificaciones complejas.
Trabaja en el nivel de sensibilidad y simplemente las eleva de registro.

No es una sensibilidad cualquiera, no. Es una sensibilidad hipostasiada y densísima y por lo mismo, capaz de desbordar al sistema y golpear al público que siempre, potencialmente atiende al llamado de lo sensible. Que luego el placer bifurque sus opciones, puede ser libidinal, sensual o espiritual, ya es asunto privado del espectador. Pero no hay nadie que no permanezca subyugado ante los actos de fe que son los ensamblajes de Cuevas, David.

No hay contradicción entre estas afirmaciones vitales, porque él habita una región del tiempo que no es obligatoriamente la historia del tiempo. El es en cualquier tiempo, presente, pasado o futura, donde encuentra el mundo que le es imperioso y urgente. “Sus Bellas formas populares”. La revolución del arte latinoamericano consiste en recuperar el lenguaje orgánico propio lo que somos…

Cuevas, David es un artista comprometido que describe el mundo que ve, lleno de encanto, su mundo no corresponde al real sino a lo posible, y lo posible, son lluvias imaginarias alegres de un mundo más claro, bruñido y más bello que el real, sin crueldad y sin drama, al ritmo de amarres en nudos de corbatas, puro compromiso al Altísimo Valor Plástico Universal en pura profundidad comunicacional poética.

Lic. David Miguel Serrano
Caracas, 2011


Flor Naranja, 2011

Flor Cósmica con fondo Azul, 2011

Flor con filamentos, 2011


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